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Oswaldo Payá: legado de libertad y reconciliación

23 de julio 2018
Por Jonathan R. Maza

La revolución cubana que aconteció del 26 de julio de 1953 al 1 de enero de 1959 marcó no solo un giro en la historia de la Isla, sino gran parte del rumbo que tomaría hasta nuestros días la realidad geopolítica en América Latina.

Fidel Castro es un nombre que sin duda alguna ha pasado a la historia, y que tanto sus seguidores como sus críticos recuerdan por lo que simbolizó para cada uno, para los primeros el símbolo de la rebeldía que derrocó a una dictadura (la de Fulgencio Batista quien gobernó en dos periodos, primero de 1940 a 1944 y posteriormente como gobernante de facto entre 1952 y 1959), y para sus críticos representará el sabor amargo de la incongruencia, de quien se convirtió en lo que tanto combatió, en un tirano y dictador.

Entre la historia que escriben los vencedores y la realidad existen muchas historias que no suelen ser narradas por las voces oficiales, algunas incluso suelen ser calladas o eliminadas como si de borrar una página de un libro se tratara, pero la historia no es un texto, sino las vidas de hombres y mujeres que van dando forma a las circunstancias y al tiempo en el que suceden.

Y así en medio de la historia oficialista de los guerrilleros que tomaron el poder ya entrada la segunda mitad del siglo XX en Cuba, aparece en la historia la vida de Oswaldo Payá Sardiñas, nombre que hoy para el mundo es sinónimo de la libertad y la reconciliación.

Como un simple espectador del acontecer internacional, y también como estudiante de las relaciones internacionales, pude constatar desde las aulas de la universidad, el desarrollo de la agitada segunda mitad de la primera década los años dos mil, que transcurría entre el asombro para algunos por lo rápido que cambiaban las circunstancias en el mundo, y por otro lado por la esperanza que despertaban líderes pro democráticos como Oswaldo Payá en territorio hostil a la ola de transformaciones a favor de la libertad y la democracia, pues Cuba aún permanecía enfrascada en la guerra fría gracias a su tirano.

Fue así que hasta entrado el año 2014 tuve la oportunidad de conocer a miembros del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) fundado por Payá en el año de 1988, pude escucharlos, sentirme no solo identificado con su causa sino con el espíritu combativo en el terreno de las ideas tratando de convencer al mundo, pero sobre todo a sus compatriotas, de que la lucha por la libertad vale la pena cuando se pone en el centro de ella a las personas y no a las ideologías, esa sería la clave de una verdadera alternativa que reconciliara a una nación que ha permanecido dividida por décadas.

Desde aquel año 2014, meses más tarde pude conocer y colaborar con la hija de Oswaldo Payá, Rosa María Payá, quien fue testigo junto con su madre de todas las amenazas de muerte que le hicieran a su padre y a su familia durante el tiempo dedicado al Proyecto Varela, iniciativa ciudadana que contó con el apoyo de más 25 mil firmas de ciudadanos cubanos que quieren un cambio político en libertad.

Ahora ella sigue dando voz al legado de su padre y de todos esos valientes ciudadanos cubanos a través de la iniciativa Cuba Decide que propone la realización de un plebiscito vinculante para iniciar una transición a la democracia, en el cual los ciudadanos podrán aceptar o rechazar la siguiente pregunta: ¿Está usted de acuerdo con que se convoque a elecciones libres, justas y plurales, ejerciendo la libertad de expresión y de prensa; y organizándose libremente en partidos políticos y organizaciones sociales con total pluralidad? ¿Sí o No?

Hace ya más de 65 años que los cubanos no pueden celebrar elecciones libres y plurales, pues todas las elecciones celebradas desde el triunfo de la revolución han participado únicamente los candidatos del Partido Comunista Cubano, en donde el votante solo ha tenido en la boleta electoral a un rostro a ser elegido, o más bien ratificado, pues en realidad no se elige si no hay más de una opción.

Solo en donde se simula democracia es donde persisten las prácticas más autoritarias y antidemocráticas, y es en ellas en donde se sigue sembrando la semilla de la opresión y la discordia.

La alternativa a todo ello es como señalaba Oswaldo Payá: “ayudar a descubrir que sí podemos vivir el proceso de liberación y reconciliación y caminar al futuro en paz”.

Oswaldo Payá murió asesinado a manos de la dictadura cubana el 22 de julio del año 2012 en un atentado automovilístico en Cuba, donde también perdió la vida el joven Harold Cepero quien le acompañaba en esa travesía.

Desde México, quienes admiramos su legado de libertad y reconciliación les rendimos el más respetuoso y sincero de los homenajes.

Texto original publicado en: http://www.e-consulta.com/opinion/2018-07-23/oswaldo-paya-legado-de-libertad-y-reconciliacion